Carros de Foc, fascículo núm. 4

¡Buenos días! Y por fin esta exclamación toma todo su sentido, el sol por fin viene a saludarnos de buena mañana. ¡Que alegría! Así da gusto levantarse a revisar la mochila y pasar por el lavabo, que en el refugio de Estany Llong encontraréis en un edificio anejo (se nota que aquí el frío no aprieta tanto como en otros menos protegidos a lo largo de la ruta). Allí también hay una ducha fría, que buena parte de nosotros ha utilizado, porqué la caliente son dos euros y medio más... Igual que las bebidas son tres euros, en los pequeños detalles es donde se encuentra el negocio de los refugios. Sigo encontrándolos más fríos que a lo que estamos acostumbrados, eso si, con los caminantes la confianza es cada vez mayor y charlamos animadamente sobre lo que nos espera en el día de hoy a cada uno de nosotros.

En nuestro caso repetimos la estrategia de la jornada previa, simplemente uniremos dos refugios consecutivos, así que nos espera un día "light". Ya en este momento al mirar el único paso importante a afrontar hoy, el Dellui, y viendo que el día se presenta espléndido una idea empieza a rondar la cabeza... ¿Por qué no hacer cima en el pico que le da nombre? Veremos como se comporta la meteorología con nosotros, porque como habréis ido leyendo en las crónicas anteriores aquí puede cambiar en cualquier momento. Por lo menos la noche anterior ya nos apuntamos las primeras estrellas en el cielo, ¡que ganas teníamos de verlas! Y por ahora, crema solar y gorra o pañuelo, que somos muy sensibles, ¡de piel también! Aquí van cinco céntimos de la etapa que justo empezamos.

Si hacéis click aquí, encontraréis información de la etapa de Estany Llong-Colomina, siguiendo el itinerario “oficial”

ETAPA 4: Refugi Estany Llong (1987m) - Refugi Colomina (2420m)
REFUGIOS: Estany Llong, Colomina
COLLADOS: Colladeta de Dellui
KILOMETRAJE: 11,7
DESNIVEL + : 873m
DESNIVEL – : 440m
DESNIVEL ACUMULADO: 1313m

Ya se ve que nos esperaba quizás la jornada más suave de todas. Perfecta para coger energías para la traca final. Fieles al que estamos convirtiendo en costumbre, dejamos Estany Llong a las ocho y media. Al estar en el fondo del valle, vemos el sol, pero no lo sentimos, por lo que aunque salimos subiendo desde el primer metro, nos cuesta entrar en calor. Se nota que apenas empezamos a superar los dos mil metros, pues estos primeros kilómetros vamos bien metidos dentro del bosque. Y también que aquí agua no se echa de menos, pese a que no nos paremos para buscarlas, vemos setas por doquier. Poco después un torrente que baja de los Estanques de Corticelles parece confirmarnos que por aquí están bien alegres en cuanto a nieve y lluvia se refiere.

¡Qué fresquito de buena mañana!

Hoy pero, ninguna nube en el horitzonte. Finalmente, cuando ya encaramos los estanyets de Dellui, el sol empieza a hacer mella. Ya con menos ropa, disfrutamos de estos lagos encadenados, los cuales se está procurando restituir a su estado natural, pues como en muchos otros, aún es evidente la utilización que los hombres hemos hecho. Vemos también como hay gente que se para a probar sus aguas. Nosotros pero, no abandonamos el camino perfectamente fitado y en el que aparecen palos amarillos cada cierto rato. Pasamos algún tramo de bloques pero son muy cortitos, es una subida que se deja hacer, y sea como sea nos notamos curados de espanto tras la dura etapa de la víspera. El ataque al Dellui va cogiendo fuerza, pues Alba y Beátrice también están por la labor de subir aún más alto que ayer en el Contraix.

Así que a la altura del lago del Dellui ponemos una marcha más. Quedan dos cientos metros y pico de desnivel para acabar el collado (2577m) y allí habrá que añadir aún tres cientos y unos pocos más para llegar a la cima. La idea es ganar tiempo con respecto a Albert y a Richy, de manera que hayan de parar lo mínimo posible para atraparlos luego en la bajada. El último tramo del paso (el más cuesta arriba siempre, ya lo sabéis) es en todo momento por camino, así que definitivamente el de hoy lo catalogaríamos de largo, pero sencillo. De hecho se puede subir tanto por la izquierda como por la derecha de la zona central, cuestión de ir haciendo y poder disfrutar de las vistas que siempre, siempre, nos regala un collado cuando coronamos.

¡Un "paaaaalo"!

Y nuevamente, no decepcionan. Al fondo se dibujan varios "mares" de montaña, los lagos de (de izquierda a derecha) Morto, Castieso, Cubieso, Eixerola, Tort i Mariolo... ¡Sin palabras! Recargamos baterías con frutos secos y agua y nos predisponemos a buscar un camino para subir al Dellui, que nos mira amenazador a nuestra derecha. La verdad es que él y su vecino Mariolo imponen respeto... Pero haberlo lo hay, y además fitado. Buena señal que el pico no es tan feroz como de lejos pueda parecer. Así que dejamos las mochilas grandes entre unes rocas del collado, metemos las cámaras para inmortalizar el momento en la mía de trail, y ¡hacia arriba que nos vamos! Iremos cresteando en todo momento, pero sin pasos excesivamente aéreos, de tal manera que más vale ir con cuidado y usar las manos si es necesario.

Toda la subida está fitada, aunque a veces, al movernos en todo momento en un paisaje de roca, es difícil adivinar donde es la siguiente. Así que nos vamos turnando la primera posición del grupo, pues irremediablemente llega un momento en el que el que abre la comitiva se equivoca ligeramente de camino y quien va segundo le dice "¡la fita está allí!" pasando este a ser el nuevo "líder" y quien lo era hasta el momento a marchar detrás. A medida que ganamos en altitud se va confirmando que se asciende más fácilmente de lo que parecía, pese que pendiente si que se supera. Pensad que en unos 700m ganamos los 322m de desnivel positivo para coronar, lo que es una pendiente media del 40%, ¡casi ná! Eso si, si alguien del grupo tiene ni que sea un poco de vértigo, no lo probéis (seguramente ya lo habréis visto con el Contraix el día anterior).

¡No veas como sube esto!

Alba, Beátrice, Dani, en este orden llegamos al punto más alto del Dellui (2892m), que nos ofrece su regalo más preciado, ¡las vistas! Y no solo de las dos vertientes que ya habíamos visto, ni una visión nueva del Mariolo, sino también un circo que él mismo se encargaba de esconder. Espectaculares los lagos Xic, de la Ribereta y Major... Hay un camino que lleva a ellos, pero no nos podemos despistar, que aún queda ruta por hacer y sobretodo reunirnos pronto con nuestros compañeros y compartir con ellos la experiencia. Así que rápidamente, cámaras en mano grabamos, tomamos fotos, en definitiva inmortalizamos el paisaje y a nosotros con él. La verdad es que con el sol de hoy se está tan bien que dan ganas de quedarse allí arriba.

Aprovecho para hacer un par de llamadas, ya que en el cielo de los Pirineos es donde mejor cobertura se tiene, y después a bajar para pillar a mis compañeras. ¡Con cuidado! Que cuando la pendiente es mucha, como es el caso, hay que ir con más cuidado en la bajada que en la subida. Desde la cresta vemos como Richy y Albert han cazado a Marc y los tres se están dando un bañito al Estanque de l'Eixerola mientras nos esperan. ¡Ellos tampoco se lo montan mal! En un abrir y cerrar de ojos volvemos a estar en el paso, cargamos las mochilas y empezamos el descenso. Ninguna complicación especial tampoco en esta vertiente sur, lo que hace que en el tiempo en que ellos se secan y abrigan nosotros ya estamos llegando a "la playa" donde han hecho su parada.

Y estamos tan "a gustito".

Nosotros también encontraremos nuestra "calita" unos cuantos centenares de metros más adelante. Teniendo que parar para comer, lo hacemos al lado del Lago Mariolo, donde los tres "cimeros" nos damos un baño recuperador ¡y helado! Alba y yo no duramos demasiado, pero Beátrice... ¡Está en su salsa! Momento de bajar peso de las mochilas los que llevaban comida para todos los días, mientras que los que ya vamos justos de provisiones, sacamos el bocadillo que nos han preparado esta mañana en Estany Llong, ¡buenísimo! Aunque creo que en un paraje así casi todo sentaría de lujo. Un placer estar en el sitio adecuado, con el tiempo adecuado y la compañía adecuada. Se nota que nos vamos acercando poco a poco al final de Carros de Foc, ya nos estamos poniendo ñoños...

Sin dar oportunidad al frío para que se nos meta en el cuerpo nos volvemos a poner en marcha, resiguiendo el laaaargo lago Tort. Las evidencias de humanización que ya habíamos visto en toda la ruta, se volverán más constantes en este tramo, donde nos cruzaremos o pasaremos bien cerca de numerosos recrecimientos de estanques, y finalmente toparemos con las antiguas vías del tren que servía para llevar materiales, propiedad de la compañía eléctrica de turno. Su abandono actual nos trae mil pensamientos a la cabeza, entre ellos que este reto parece ya ir sobre raíles, disfrutando como estamos haciendo hoy de la etapa, echamos de menos un poco más de naturaleza, y acercándonos poco a poco al último refugio donde haremos noche.

Estas aguas y este grupo son milagrosos.

Si os habéis fijado en el perfil del día pero, este último tramo vuelve a ser una subida suave, que comienza tan buen punto abandonamos las vías. Se trata de una pista empedrada, que conecta también con el teleférico que sube hasta pocos metros más arriba de la montaña. Esto significa que volvemos a encontrarnos con mucha gente, definitivamente, hoy parece el día de la civilización. Hasta encontramos gente con chanclas, que nos hacen pensar si realmente saben donde se meten. Corredores como somos, no podemos evitar tomarnos este último km escaso como una última serie... Y es que hoy hemos gastado pocas energías. Así que cada uno va cogiendo su ritmo, lo que será genial para poder grabar con la cámara la llegada de todos nosotros al refugio de Colomina.

Las tres en punto, como un reloj hemos acabado la etapa, de momento cada día llegamos un poco más temprano que el anterior. Mañana no será así, pero hoy nos queda una tarde genial para aprovecharla. Y más viendo lo bien acondicionado que está el refugio más alto de la travesía, que con el añadido de donde se dejan las mochilas y el calzado, así como el mirador metálico que han instalado ha ganado mucho con respecto a los últimos años, nos cuentan. Ahora bien, no todo es de color de rosa. Aquí hace falta pagar por hacer uso de las duchas... Sea agua fría o caliente. Hablamos sin conocimiento de la causa, ni saber cuanto les costa a ellos el metro cúbico, pero nos parece que si hay algo aquí que esté precisamente en abundancia es el agua. No me refiero a que se minusvalore su uso, pues hay que ser conscientes que este elemento es siempre un bien preciado. Solo que dos euros y medio por agua fría (nosotros estamos de suerte pues también funciona la caliente) me parece abusivo.

Como si de más fitas se tratase, en el tramo final seguiremos durante un rato las antiguas vías del tren que utilizaba Endesa (en aquel entonces Fecsa) para la explotación de los lagos.

Además solo hay una, por lo que previendo el lío que se montará por la tarde, y aprovechando que hemos sido de los primeros, en llegar nos damos la ducha ahora. Efectivamente, al irnos a dormir aún había gente duchándose... Y el almuerzo lo ofrecen en dos tandas para poder llegar a todos, al tener un comedor muy pequeño. Esto nos hace reflexionar, ¿por qué si un refugio es pequeño hemos de intentar meter a más gente? Mejor será poder atenderlos bien, que no ir desbordado. Ya he comentado que está bien acondicionado pero esto no es justificación para que este por encima de la su capacidad. Hay que decir que intentan corregirlo con el trato más cercano al caminante (y mira que nuestra llegada no fue del todo agradable) y cuidando los detalles como se vió en la cena.

Buena comida (¡buenísimo el redondo de ternera!) y preocupándose que no falte de nada y si a todo el mundo le estaba bueno. Antes habíamos aprovechado para grabar unos momentos muy especiales, con cada uno de los protagonistas de una ruta que ya se acerca a su fin. La verdad es que por mucho que pueda parecer una molestia, llevar una cámara para dejar constancia de tus vivencias no tiene precio. De hecho, de aquí saldrá un vídeo que guardaremos para siempre más... Y el trailer que ya pudistéis ver. El entorno ayuda, hasta las vacas parecen ponerle atención. Cuando salimos después de cenar pero, ellas ya están descansando y nosotros albiramos el camino que atacaremos mañana. El último día a Aigüestortes. Esperemos que de nuevo sea inolvidable.

El tiempo nos ha acompañado hoy... ¡La buena cena también!

30 horas y 45 minutos en camino desde que dejamos el coche, 24 hores y 15 minutos en movimiento, continuará…